Planeando bienestar
Cuando queremos empezar con un proyecto o meta nueva y no sabemos por dónde, es imprescindible trazarnos una ruta, mentalmente creamos una línea ordenada por donde abarcaremos el desarrollo de eso que pretendemos alcanzar.
Con esto no creemos que la planeación sea perfecta a la primera, pero sí somos partidarios de perder el miedo, romper el hielo de alguna manera. Sabemos que al principio puede ser complejo y abrumador, pero podemos empezar con un primer paso. Por ejemplo, definir con un check list a primera hora de la mañana, o porqué no, la noche anterior. Podemos pensar en llenar nuestra lista de tareas que pueden ser interminables, pero hoy encontramos muchas ayudas que nos dan orden en el día a día, asimismo, que conllevan muchos factores beneficiosos para nosotros mismos, nos facilitan el desarrollo en las actividades cotidianas. Por ejemplo, podemos llevar una agenda en el celular, configurar alarmas y hay quienes somos más tradicionales y preferimos escribir cada una de las tareas cotidianas en nuestro Zen Planner.
Hacer un listado general en el que se encuentren priorizadas las tareas globales, el punto de llegada o esa gran meta que queremos lograr en el plazo que hemos pensado, puede ser nuestro primer inicio. Pero ese desglose, ese momento en el que visualizamos esta “gran meta” y la dividimos en cada uno de los pequeños pasos que nos ayudarán a lograrla es para nosotros el punto de partida y lo que contiene la “magia”. En tantos textos encontramos que en pequeños logros vamos acercándonos a la meta y hoy, damos fe en estas sabias palabras que para nosotros han sido parte necesaria en nuestras labores en el día a día. Esto siempre nos proporciona orden, claridad y, sobre todo, bienestar mental.
El bienestar también se presenta cuando sabemos hacia a donde vamos y como nos desenvolveremos. Cuando tenemos la mente enfocada y clara. Cuando tenemos realmente el control porque entendemos cuál es nuestra capacidad física y mental en lo que vamos a desarrollar.
Es cierto, nos ha pasado que en un solo día queremos resolver lo que conllevaría mucho más tiempo de lo que creemos, pero hemos entendido con el tiempo que el sobrecargarnos de tareas no nos genera sensaciones saludables. Para esto, queremos recomendarte algunas pautas que puedes seguir para dar prioridad a lo que realmente te acercaría a eso que tanto anhelas alcanzar al final de la semana, al final del mes o al finalizar el año:
- Dedica tiempo en pensar en tus metas generales. Con esto te recomendamos ser muy específico, por ejemplo, desarrollar una nueva habilidad en la cocina, aprender otro idioma, leer a diario por un tiempo determinado, meditar, etc.
- Desglosa cuál sería el paso a paso para lograrlo. Para esto te recomendamos que sea lo más visible que puedas, por ejemplo, escribirlo a mano en tu agenda o hacer una cartelera con tu meta. Si lo pones en tu celular, ayúdate a recordar dónde has puesto esta información y revísala periódicamente. Ayuda mucho tener alarmas activadas que te indiquen la hora o tiempo de dedicación en tu objetivo.
- ¡Vamos a la acción! Una vez tienes claro el objetivo, nos resta ponernos manos a la obra para materializarlo.
- Mente positiva, recuerda que no se hace maestría sin una práctica y eso es a lo que vamos…práctica, práctica y práctica. Busca el mejoramiento cada día y por supuesto, ten paciencia contigo mismo si el plan no sale perfecto a la primera.
Te invitamos a que apliques estos breves pasos, el objetivo es lograr un presente enfocado y muy productivo. ¡De nuestra parte te envíamos mucho ánimo!
Equipo Bezzen
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